miércoles, 24 de noviembre de 2010

ESCUELA DE ESPÍAS. Nace la primera academia privada para la formación de agentes secretos


La Coruña es la ciudad elegida para abrir la innovadora academia Global Chase, la primera de inteligencia en España. El curso, a través de teoría y práctica en técnicas de infiltración, vigilancia y seguimiento, dará las claves para convertirse en todo un Bond, James Bond.

En España se sabe muy poco de los servicios secretos. El más conocido es el Centro Nacional de Inteligencia (CNI), en sustitución del antiguo Cesid, y hasta ahora, los conocimientos que divulgaban solo se impartían en los centros de enseñanza de los ministerios de Defensa o Interior. Por eso, la escuela Global Chase, abre la primera academia privada de inteligencia en territorio nacional.

Será este diciembre en Galicia, y está destinada a profesionales y alumnos de criminología e investigación privada, fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, periodistas y curiosos que quieran saber, desde dentro, cómo funcionan los
servicios secretos.

El director de la escuela, David Rodríguez Vidal, tiene una dilatada experiencia en colaboración con distintos cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, y decidió emprender esta empresa ante la falta de recursos privados para este tipo
de adiestramiento.

El curso, de 85 horas lectivas, consta de dos partes. El primer apartado es una introducción al concepto de  inteligencia, donde ex altos cargos del Cesid, explicarán que «la inteligencia son los datos obtenidos en una  investigación que han sido procesados para la toma de decisiones políticas», según dice Manuel Rey, uno de los ponentes del curso, coronel en reserva del Ejército del Aire y ex miembro del Cesid. Aparte, los asistentes se familiarizarán con el funcionamiento de los principales organismos secretos españoles y estudiarán las distintas fases de obtención y procesamiento de la información.

El segundo bloque, constará de talleres prácticos, donde los alumnos aprenderán técnicas de infiltración, vigilancia y seguimiento, grabación con cámara oculta, contraespionaje electrónico e informático, así como habilidades psicosociales y comunicación no verbal.

En cuanto a los profesores,son reconocidos expertos en el campo de la investigación y la inteligencia, entre los que se encuentra el periodista de investigación Antonio Salas, que tras publicar Diario de un skin y El año que trafiqué con mujeres, contará a los alumnos su experiencia justo después de haber acabado El palestino, su incursión en el campo del terrorismo islámico.

El escurridizo y misterioso Salas, es uno de los grandes atractivos del curso. Y es que a su cabeza han puesto precio  desde skinheads, redes de trata de blancas y, ahora, etarras, paramilitares e integristas islámicos a raíz de su investigación para El palestino. En una entrevista exclusiva para G/U/ CAMPUS, Antonio Salas cuenta que todo comenzó tras los atentados terroristas del 11 de marzo en Madrid. Fue entonces cuando, impresionado por la masacre, empezó su nueva investigación, enfocada al integrismo islamista.

Apadrinado por el sanguinario terrorista El Chacal, este periodista kamikaze ha dedicado los últimos seis años de su vida a ser Muhammad Abdallah El palestino, un falso musulmán nacido en Venezuela y procedencia palestina. Salas quería fabricar su identidad de terrorista islamista y, para ello, acudió a todos los cursos de terrorismo internacional posibles, estudió el Corán, aprendió árabe, se convirtió al Islam, se circuncidó y cambio de aspecto radicalmente para no levantar ninguna sospecha.

Ya preparado e inmerso de lleno en su investigación, viajó por África y América Latina, presenció atentados suicidas y sobrevivió a un coche bomba presuntamente preparado para acabar con él. Finalmente se dio cuenta de que el mejor campo de entrenamiento de terroristas estaba en Venezuela. En 2006 fue adiestrado por un coronel del ejército venezolano y fue precisamente ahí donde filmó con cámara oculta al etarra más buscado: Arturo Cubillas, una proeza que el Gobierno español no había conseguido en años.

Ahora, presenta su libro El palestino, y tras seis años de infiltración, está borrando las últimas huellas de su identidad suicida, aunque con un pasado así, Antonio Salas se volverá a esconder bajo la piel de un personaje nuevo, porque sabe que si no lo hace, le espera un futuro incierto.

LA DOBLE VIDA DEL AGENTE
Manuel Rey, coronel en reserva del Ejército del Aire y ex miembro del CESID, cuenta a G/U CAMPUS cómo durante toda su carrera ha llevado una vida secreta. «Nadie de mi entorno sabía que yo era un oficial de inteligencia, ni siquiera mis hijos. Mi trabajo como coronel del Ejército del Aire era una buena cobertura», dice Rey, quien explica que el lechero de su barrio le veía entrar todos los días en el mismo chalé, algo que despertó la curiosidad del repartidor, que acabó contándoselo a la mujer de Manuel. Según dice, «una anécdota de tantas, como la de ir a Colombia para detener a una persona y resultar que el sospechoso me conocía...»

Asegura que en España también existen agentes como James Bond, «pero sin rubias ni coches», aunque son menos de los que imaginamos y están más encorsetados por la legislación que sus compañeros del servicio de inteligencia británico, por ejemplo. Aunque queramos identificarlos, dice que es muy difícil, «solo un agente podría detectar a otro espía». Para el coronel, lo importante es que los alumnos saldrán con otra visión de la realidad, mucho más observadores y  con la cualidad indispensable para un agente: «Tener siempre presente la posibilidad de lo imposible», concluye.


MACIEJ-NIKO ZAMIATOWSKI
El Mundo –Campus- 24 Noviembre 2010


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