miércoles, 8 de agosto de 2012

Un siniestro estado dentro del estado

La investigación policial abierta para aclarar la existencia de una presunta trama delictiva organizada por altos cargos policiales, a las órdenes de Alfredo Pérez Rubalcaba durante su etapa al frente del Ministerio del Interior, vuelve a poner sobre la mesa del debate público uno de los problemas permanentes de nuestro régimen político: la organización, control y responsabilidad de los Servicios de Inteligencia.
Llueve sobre mojado en este terreno, porque no han sido dos, ni tres, y sí más de cuatro, los escándalos en los que se han visto implicados agentes, policías, políticos, directores y hasta ministros, relacionados con organismos de Inteligencia o servicios de seguridad de nuestro Estado. Mencionar solamente los nombres de Luis Roldán, Enrique Rodríguez Galindo, Rafael Vera, Emilio Alonso Manglano o José Barrionuevo vuelve a poblar nuestra mente de personajes y episodios, a cada cual más siniestro, relacionados todos ellos, en diferentes grados, con delitos de corrupción, guerra sucia o crímenes de Estado.
Los Servicios de Inteligencia disfrutan de un gran poder en todos los países del mundo. Una potestad oculta, no por ello menos efectiva, que les viene derivada por su enorme solvencia económica, los medios sofisticados con los que cuentan, el numeroso personal que tienen a sus órdenes y la información privilegiada con la que trabajan. La organización de los Servicios de Inteligencia en nuestro país es compleja y, hasta hace pocos meses, ha estado sometida a repetitivos cambios de dependencias ministeriales (Defensa, Interior, Presidencia, Exteriores…) sin llegar, en ningún momento, a solucionar el meollo de la cuestión: el control y responsabilidad sobre una actividad tan fundamental como es la defensa y seguridad de nuestro país.
En España han florecido los organismos de Inteligencia como setas. Contamos, naturalmente, con el CNI (Centro Nacional de Inteligencia) heredero del antiguo CESID y antes del SECED franquista, hoy nuevamente dependiente de Presidencia del Gobierno (lugar donde nació con Carrero Blanco) a las órdenes de la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría. También hay Inteligencia en la Policía Nacional, en la Guardia Civil, en el CIFAS (Inteligencia Militar dependiente del Estado Mayor de la Defensa) y está por averiguar si las Policías Autonómicas han desarrollado algún tipo de estructura similar o paralela a las anteriores. Sospecho que sí.
Pocos Gobiernos se atreven a recortar en gastos de seguridad nacional. En España, incluso en épocas de lucha contra el déficit como la actual, los gastos de Inteligencia y fondos reservados se han mantenido o, incluso, se han incrementado respecto a ejercicios pasados. Así en los Presupuestos Generales del Estado para este año 2012 el Gobierno ha preservado las partidas destinadas a los gastos reservados de los ministerios de Interior, Defensa, Exteriores y en el CNI. Así, el Centro Nacional de Inteligencia, aunque ha visto reducidas su asignación presupuestaria en un 3,1%, hasta los 221,2 millones de euros, ha mantenido los dineros destinados a sus gastos reservados: un total de 17,8 millones de euros. Lo mismo ha sucedido en el Ministerio del Interior: los presupuestos del año 2012 ascienden a 8.610 millones, lo que supone un descenso del 1,71% respecto a 2011; sin embargo, los gastos reservados para la Policía y Guardia Civil ascienden a la cantidad de 6.709.610 euros, números idénticos a los años anteriores. Queda por reseñar la pedrea de gastos sin justificar reservada al Ministerio de Defensa: vuelve a ser de medio millón de euros, y a Exteriores: dispone de nuevo para este año de 186.310 euros.
Respecto a su organización y estructura, como primera idea hay que señalar que el modelo de Inteligencia vigente en nuestro país es heredero del sistema de seguridad de la dictadura franquista. Es decir: básicamente policial. La separación funcional de las estructuras de Inteligencia en dos ramas: una dedicada a la información en el exterior y otra al ámbito interno del país, es clásica en todos los Servicios de Inteligencia del mundo. En España, como sucede también con tantas otras de nuestras Administraciones y competencias, los Servicios de Inteligencia están superpuestos. Tanto el CNI, la Policía Nacional, también la Guardia Civil, mantienen estructura, presupuesto y personal tanto en el interior como en el exterior de nuestras fronteras. La propia naturaleza de la Transición política, con las amenazas ciertas del terrorismo, de la involución golpista y de nuestros enemigos geopolíticos exteriores, obligó a engordar unas estructuras de Inteligencia que, con el paso del tiempo, se han convertido en elefantiásicas. Este pecado de origen, nunca ha desaparecido del todo de nuestras estructuras de Información, haciendo reincidir a nuestra Inteligencia, demasiadas ocasiones, en su actividad como una auténtica policía política al servicio del poder partidista de turno.
Es el caso, por ejemplo, de la Comisaría General de Información del Cuerpo Nacional de Policía, dependiente del Ministerio de Interior. El verdadero centro de Inteligencia de nuestro Estado. Su estructura, organización, medios y procedimientos operativos tienen el carácter de secreto (según los decretos de su creación y desarrollo de 28/11/1986 y 16/2/1996). Pero las unidades centrales que están a sus órdenes: Unidad Central de Información Exterior (UCIE), Unidad Central de Información Interior (UCIO) Unidad Central de Inteligencia (UCI), Unidad Central de Coordinación y Técnicas Operativas (UCCTO) (antigua Unidad Central de Apoyo Operativo) y los Técnicos Especialistas en Desactivación de Explosivos (TEDAX) cuentan con tal cantidad de personal, medios y presupuesto, que les convierte en un verdadero poder en la sombra dentro, eso sí, de la estructura administrativa del Ministerio de Interior. Llama la atención, y resulta más que curioso, que una actividad como «la especializada en explosivos» dependa de Inteligencia dentro de la Policía. Queda fuera del organigrama de la Comisaría General de Información la famosa BOA (Brigada Operativa de Apoyo), agentes del CNI con placa de la Policía Nacional, que dependen funcionarialmente de la Dirección Adjunta Operativa de la Policía pero que, jerárquicamente, están encuadrados dentro del Centro Nacional de Inteligencia. El número de agentes destinado en estas unidades es secreto, pero fuentes del Ministerio de Defensa calculan que en la Comisaría General de Información trabajarían en torno a los 2.000 policías, mientras que el personal de la BOA estaría cubierto con 85 agentes del Cuerpo Nacional de Policía.
Hay una máxima que se suele repetir entre los agentes de Inteligencia: «Los Gobiernos cambian pero nosotros permanecemos en la sombra». Esta idea crea en la práctica una superestructura: la llamada comunidad de Inteligencia que se coloca por encima, aunque oculta, de gobiernos, legislaturas y al margen de su control, reforma o regeneración. Un verdadero Estado dentro del Estado. Con sus propios intereses, omertá, mecanismos y vendettas internas. Algo de lo anterior estaría sucediendo con la aparición de los nombres vinculados al caso Interligare. Muchos de ellos, como es el caso de Gabriel Fuentes o Miguel Ángel Fernández Rancaño, han ocupado cargos y responsabilidades durante los Gobiernos del PSOE y del PP.
Pero la historia más reciente nos demuestra que el PSOE en el Gobierno tiende a confundir la Administración pública con su propia organización partidista, abusando de los aparatos institucionales del Estado para sacar provecho propio. Esta práctica ha contaminado en su totalidad los servicios de Inteligencia en nuestro país. Un personaje como Alfredo Pérez Rubalcaba, ministro portavoz durante el Gobierno de los GAL y el saqueo de los fondos de Interior hace 20 años, vuelve a aparecer ahora implicado como máximo responsable político en una trama de presunto espionaje y corrupción económica en el Ministerio de Interior. Su nombre y biografía es la prueba más evidente de que lo que permanece, no cambia, ni tampoco desaparece. Son las sombras de nuestro Estado: las viejas cloacas de toda la vida. El Partido Popular no quiso, o no pudo, deshacerse de ellas bajo el Gobierno de José María Aznar. Y así le fue. Todo apunta a que Mariano Rajoy pretende seguir por el mismo camino. Será su responsabilidad.

Nadie puede cuestionar la existencia y funcionamiento de los Servicios de Inteligencia en una democracia. Todo Estado precisa de áreas de reserva y discreción, siendo requisito indispensable que en ellas se actúe al servicio de los más altos intereses del Estado, bajo el imperio de la Ley, el control judicial y la responsabilidad política. Un Estado de Derecho no puede albergar zonas oscuras, fuera del alcance de los tribunales y al margen de la autoridad y la responsabilidad políticas.
Javier Castro-Villacañas (El Mundo)

martes, 29 de mayo de 2012

El conflicto Repsol-YPF y su entorno serán analizados en una Jornada sobre Inteligencia, Competitividad y Mediación.

- Evento de entrada libre hasta completar aforo, que se celebrará el día 30 de mayo a las 18:30 horas en la sede del Consejo General de la Abogacía Española, Paseo de Recoletos, 13, Madrid.
- ¿Cómo pueden protegerse las empresas en entornos económicos cada vez más complejos, amplios y globalizados? ¿puede la Inteligencia aportar el conocimiento necesario para diseñar acciones preventivas y ofensivas? ¿cuál es el impacto de un marco jurídico inestable? ¿en qué pueden contribuir la mediación y la diplomacia ante conflictos internacionales?, son las preguntas sobre las que se tratará de dar respuesta en este encuentro.
- Enfoque multidisciplinar donde se dan cita la visión empresarial de estrategas de Inteligencia Competitiva, con la de miembros de los servicios de inteligencia, diplomáticos y juristas.

IV JORNADA GLOBALCHASE
INTELIGENCIA, COMPETITIVIDAD Y MEDIACION
ESTRATEGIAS DE INTELIGENCIA PARA AMENAZAS SOCIOECONÓMICAS Y CONFLICTOS INTERNACIONALES

Los recientes acontecimientos en Argentina y Bolivia ponen de actualidad los escenarios internacionales inestables y conflictivos en los que operan muchas empresas. Implementar un sistema de inteligencia proactiva puede suponer la diferencia entre el éxito y el fracaso en tales escenarios.
En esta jornada se discutirán distintas estrategias, tanto desde el enfoque de los servicios de inteligencia como desde una visión empresarial de inteligencia moderna y competitiva en la línea de los modelos anglosajones.
Cuando el conflicto es inminente, la mediación ofrece una de las mejores alternativas al enfrentamiento directo y pese a ello suele ser la gran olvidada.
Analizaremos también el contexto jurídico internacional en todo el proceso, de suma importancia en un entorno potencialmente hostil.

La consultora GlobalChase, especializada en inteligencia, con la colaboración con el Departamento de Economía de la Empresa y Contabilidad de la U.N.E.D., organiza este encuentro público y con entrada libre hasta completar aforo, a celebrar en MADRID, el día 30 de mayo a las 18:30 horas en el Salón de Actos del C.G.A.E. (Consejo General de la Abogacía Española), sito en Paseo de Recoletos, 13, en MADRID
Actuará como moderadora Dña. Eva Ballesté Morillas, directora Económico-Financiera de Concesiones de Grupo Puentes y profesora de Economía Financiera en la UNED.

A dicha Jornada acudirán como invitados los siguientes conferenciantes:
Dr. D. Alvaro Jarillo Aldeanueva, Vicerrector de Estudiantes y Desarrollo Profesional de la UNED. Doctor en Derecho por la UNED con formación de posgrado sobre la UE en la Universidad San Pablo CEU y en la Universidad Paris I Panthéon-Sorbonne. Ha trabajado en Ginebra en el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos y en Bruselas en la Dirección General de Relaciones Exteriores de la Comisión Europea.
Coronel D. Carlos Guerrero Carranza, Antiguo miembro del CESID (hoy C.N.I.) y CIFAS. Área iberoamericana.
D. Héctor Fernando Izquierdo Triana, director de Auditoría Interna de Unión Fenosa Gas. Experiencia trabajando en 25 países. Profesor asociado del IE Business School y profesor invitado habitual en Bordeaux Management School y Notre Dame University-Louaize Beyrouth.
Coronel D. Francisco Javier García Carrillo, experto en inteligencia, con más de 10 años operando en el extranjero.
Dr. D. Gustavo Díaz Matey, Licenciado en Ciencias Políticas y de la Administración, especializado en temas de Relaciones Internacionales y temas de seguridad. Doctor en Relaciones Internacionales. Investigador UNISCI de la Universidad Complutense de Madrid y autor de numerosos libros y artículos sobre temas de Inteligencia.
Coronel D. Manuel Rey Jimena, ejército del aire y ex jefe Depto. del Centro Superior de Información de la Defensa (hoy C.N.I.).
D. Jose María Blanco Navarro, Jefe del Centro de Análisis y Prospectiva de la Guardia Civil.
D. David R. Vidal, director ejecutivo de GlobalChase.
Para más información:
Tlfno. 902 110 894

domingo, 27 de mayo de 2012

El Ministerio de Economía se desentiende de los militares y agentes secretos advenedizos de la ciencia económica

La Dirección General de Innovación y Competitividad, dependiente de la Secretaría de Estado de Investigación, Desarrollo e Innovación que dirige Carmen Vela, ha declinado una invitación para participar en el II Seminario de Inteligencia y Seguridad organizado por la Escuela de Guerra del Ejército de Tierra, de forma bien expresiva: “Aquí tratamos asuntos concretos, transferencias de tecnología, apoyo a la innovación, pero no nos ocupamos de cosas abstractas como la inteligencia competitiva (IC) o la inteligencia económica (IE)”.

Esta reacción, absolutamente adecuada, ha molestado al Grupo Atenea liderado por José Luis Cortina, en cuyo medio oficial de expresión (Atenea Digital 24/05/2012) la periodista Virginia Ródenas arremete contra el Ministerio de Economía y Competitividad tratando de ponerle en entredicho técnico, pero sin tener la menor idea del tema en cuestión. Un atrevimiento quizás impulsado porque la actitud de este Departamento atenta contra la reinvención de la ahora denominada “Inteligencia Económica”, que Félix Sanz quiere resituar en el CNI, Fulgencio Coll en el Ejército de Tierra y los generales eméritos recolocados en “Atenea” capitalizar en conferencias y actos subvencionados a cuenta de la “Cultura de Inteligencia”.

Para defender la versión “mamandurria” de este descubrimiento español sobrevenido, precisamente cuando unos y otros, por ineficaces, han sido incapaces de sostener la necesaria “Cultura de Defensa”, la osada periodista se apoya, de oídas, en la figura del general Christian Harbulot, a quien adjudica la creación del “concepto IE”, que, como sus mismos elementos referenciales, (la inteligencia y la economía) viene de muy lejos (Kant, Hobbes, Platón…).

Harbulot, junto a otro militar, el general Jean Pichot Duclos, creó en 1997 un tinglado comercial privado denominado artificiosamente “L’École de Guerre Économique”, sin nada que ver con su profesión militar y que en realidad es un centro civil de formación y de lobby empresarial, por cierto sin el menor crédito docente en Francia.

Algunos militares españoles deberían dedicarse más a reivindicar las necesidades de la Defensa Nacional, de la que son auténticos responsables desentendidos, y a salvaguardar su deteriorada y dignísima profesión, en crisis evidente, y no a desnaturalizar una y otra. Claro está que el gran provocador de esta desagradable tergiversación, no es otro que el actual director del CNI, Félix Sanz: un militar con gran vocación política y de “public relations” pero no castrense que, como JEMAD, ya sumió en una gravísima confusión conceptual a las Fuerzas Armadas y que ahora está haciendo lo propio con los Servicios de Inteligencia.

Y algunos que se titulan periodistas deberían repasar la semántica de sus escritos para no confundir acepciones reales con extensivas. La “guerra” verdadera es la de los militares, y es a esa, y no a otra, a la que se deben dedicar las distintas Escuelas de Guerra de las Fuerzas Armadas. Y el CNI a lo suyo, que aunque está muy clarito, lo tiene algo olvidado (estar al loro de lo que pasa en Argentina o Bolivia no tiene nada que ver con la IC, la IE ni demás chorradas epatantes de nuevo cuño).

La “Economía”, con inicial mayúscula, es el objeto de la Ciencia Económica, algo que, afortunadamente, todavía se enseña en las universidades más prestigiosas del mundo y que, por supuesto, no se encuentra vetada para los militares que quieran cambiar de profesión. Pero cada cual a lo suyo y con la acreditación académica necesaria, que los intrusismos profesionales ya sabemos a donde conducen.